(Iglesia Jesucristo sud Ecuador).- Le pedimos al presidente Jesperson que revisara a todos sus misioneros y seleccionara a 4 de todos los que tenía que tenían gran capacidad, visión y que podían trabajar juntos, que podían permanecer cerca del Señor y encontrarían el camino aunque estuviera oculto. . Cuando bajamos del avión, mi corazón dio un vuelco de alegría porque sentimos que el presidente Jesperson no nos había fallado. Sentimos que podías continuar con el trabajo. Si no puede continuar, me sorprenderé mucho. Esta será una nueva experiencia para ti. Tendrás que tener cuidado con tus huellas en la arena porque otros te seguirán. Cuando fuimos a Latacunga creí ver a gente fuerte que ha pasado por problemas pero que los ha superado. Conocimos a una niña que nos dijo que el Papa les había dado libertad para elegir su religión, así que ahora es el momento de agarrarlos. Anoche me impresionó la gente. Eran gente de clase media con mucho potencial. El jueves pasado por la mañana me reuní con el presidente McKay. Le dije que sentía que había llegado el momento de los lamanitas y él dijo que estaba seguro de que sí. Dije que no crees que han esperado lo suficiente y él dijo que estoy seguro de que lo han hecho. Ahora no podemos convertirlos en presidentes y obispos de estaca todavía. Ahora irá lento, pero debemos ser inmunes al desánimo y ustedes, hombres, parecen de los que pueden soportarlo. Les ponemos zapatos en los pies y ropa en la espalda y en buenos hogares. Reduzca la velocidad al principio y luego rápidamente hasta que sean un crédito para la iglesia, su país y ellos mismos. Son hijos de Dios, a imagen de Dios. Estoy seguro de que el Señor no se complace cuando los ve morir de hambre y nosotros estamos comiendo grandes banquetes y desperdiciando.